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Sleaford Mods por Antonio J Cubero

Festival de Rock en El Bosque, Cádiz

Sleaford Mods por Antonio J Cubero

Antonio J. Cubero, nos habla de la banda británica Sleaford Mods. En su sección en «Avantirock ….Man non troppo», Antonio J. Cubero nos abrirá la mente, porque no todo es rock en esta vida y por supuesto en avantirock.com; disfrutaremos con las criticas y artículos con la calidad que nos tiene acostumbrados. La diversidad, así como la visión de este magnifico comunicador y creador del programa de radio » las sirenas», nos harán ver una realidad que muchas veces a los rockero cerrados (entre los que me incluyo) no alcanzamos a divisar. Disfrutemos pues con esta primera entrega de «Avantirock… Man non troppo»; Sleaford Mods… disfruten señoras y señores.

¿Hay lugar para la política en el rock actual?

Érase una vez una época de la música en la que mandaban los estilos evasivos en todo el mundo…¿todo el mundo? Noooo, desde la Inglaterra profunda, en una “aldea” de nombre Nottingham (Nottz para los lugareños), unos irreductibles británicos se resisten a dar su brazo a torcer.

Sleaford Mods, lo que más ha dado que hablar en Nottz desde Robin Hood y su banda y Brian Clough y la suya, regresan en este 2021 con su mejor trabajo en 10 años después discos eficaces, siempre de un buen nivel medio, pero dejando entrever el desgastado andamiaje de su estilo.

¿Qué nos encontramos en ‘Spare rids’?

Ingredientes habituales de la receta de la casa:

La metralleta verbal de Jason Williamson, cantante y autor de las letras, a las que la etiqueta explicit de Spotify se le queda muy corta, escupiendo rimas llenas de rabia, sarcasmo y realismo sucio/genuino, FUCKeándose en todo. Las palabras como munición, importándole una shit que le acusen de cantar como un predicador enloquecido que aspira a que las masas le hagan caso y se lo tomen en serio.

La caja sonora de Andrew Fern, músico, con su sonido austero, básico, de vuelta a la esencia, bajo y batería.

Y sí, además, algunas novedades:

Colaboraciones de voces de mujeres como Billy Nomates, en ‘Mork in Mindy’ y Amy Taylor, ‘Nudgy it’,  jóvenes admiradoras del dúo y herederas de su estilo;

El poco habitual guitarreo de ‘Shortcummings’ o un punto más en sofisticación sonora en “Spare rids’, dando título al álbum.

También evolución temática y en la diana de sus dardos. No se acomodan en la etiqueta “grupo de izquierda anti tories”, su libertad les permite no casarse con nadie. Siguen odiando a la derecha…y le añaden: los que han usado el Brexit, la gentificación, los modernos ricos que cultivan una estética obrera (véase el reverenciado Dios Paul Weller y apóstoles como Noel Gallagher). Ellos transpiran calle y barrio.

Su causa es la de los trabajadores humildes, ese grupo social arrinconado, sin sitio en el panorama pop-rock-hip hop mainstream.

Todo junto, agitado y mezclado, en un cóctel Molotov de crudeza sonora y a la espera de volver a demostrarlo, cuando “las circunstancias” lo permitan, con su potente directo.

A veces llegar tarde a tu lugar en el mundo tiene sus ventajas. Empezar a tener éxito (en este caso, entendamos éxito=poder ganarse la vida con la música) a partir de los 40 le permiten salir en las entrevistas y portadas con cara de enfadados, no convertirse en engreídos niñatos víctimas del éxito y seguir teniendo los pies muy firmes en el suelo, teniendo más presente que nunca sus orígenes de clase obrera.

Y sin ser del triángulo Londres-Manchester-Liverpool, en esa inmensidad central del país donde no enfocan las cámaras.

Antes de ‘Divide and exit’, (2004) a Jason y Andrew les dio tiempo suficiente a probar otras vidas antes de ser “estrellas” de la música, eso que conocemos como la vida real. Un acumulación de experiencias suficientes en puestos del último eslabón de la cadena productiva (vigilantes, dependientes etc), el de peores sueldos, derechos y seguridad laboral. Experiencias que dan autenticidad en tiempos de postureo, mostrar con conocimiento de causa las grietas del sistema neoliberal británico, donde muchos como ellos se quedan al margen. No sólo tienen cara de enfadados sino que lo están. Derrochan maloliente y humano sudor verdadero, y no colonia.

La política está en la vida, en el día a día, vienen a decir, y más siendo padres de familia. En este sentido es una banda política. Etiqueta de la que no alardean, y no dejan reducida en sus canciones y actitud a una acumulación de eslóganes

Sleaford Mods ya pueden considerarse músicos profesionales, currantes de la música.

No cambiaran el mundo con su música ni las políticas sociales de Boris Johnson pero para quienes escuchan sus discos o asisten a uno de directos (cuando los había) su música sonará como un gong en la conciencia y en el cuerpo, una mezcla de ganas de bailar y pegar un puñetazo, moverse enloquecidamente y chillar. El oficio de hacer bailar y pensar, según el momento, a golpe de beat e ideología no vacía.

Pueden ir por el mundillo musical con la cabeza alta, como músicos decentes y dignos, sólidos y fiables. La marca propia del (pen)último reducto de la clase obrera, ¿Suena a poco? Nada menos, y nada más.

Un ordenador con la base musical y un tipo dando berridos, ¿no es esta la actitud rock? con envoltorio de post punk, eso sí.

Posdata:

Ni Sleaford Mods es una banda de rock ni esta es una columna de rock pero ..Ma non troppo es una ventana en Avanti al NoSoloRock.

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